Comunidad y Constitución política


Carlos Chino Fernández

Inst. Jauretche - CGT


En los últimos tiempos se han exacerbado las discusiones en el Parlamento Nacional por el tratamiento de diversos temas. Al mismo tiempo y en relación con esto se ha intensificado la disputa por la producción de la opinión pública que directa o indirectamente incide en la aprobación o no de los proyectos de ley en discusión.

Supone esto último, una disputa sin cuartel por el control de los medios de comunicación masivos, y por la instalación y consumo de la información.

El freno a la implementación de la reciente ley aprobada en materia de comunicación audiovisual, por parte de un Tribunal de Justicia de Mendoza, es solamente un capítulo de un extenso conflicto

¿Qué expresa esta exacerbación de la disputa entre fracciones políticas y grupos de dirigentes al interior del sistema político institucional?

¿Cuál es el lugar de los trabajadores organizados, en este contexto? ¿Cuál puede ser su aporte, para la solución de los problemas nacionales?

En el fondo, estas tensiones que se da en el Congreso Nacional y en el interior del aparato del estado, son la manifestación de una crisis orgánica de mayor profundidad, que no necesariamente anuncia el inicio de una época nueva, fundacional. Pero que por la envergadura y la escalada de los enfrentamientos, es una crisis del régimen mismo de dominio, que trasciende la situación de estabilidad o no, de los gobiernos de turno.

La importancia de comprender este proceso, no es solamente por una aspiración académica o científica, sino que es de suma utilidad política para resolver la coyuntura con una mirada estratégica.

En este contexto de discusión generalizado en las Cámaras legislativas, aparecen también una gran cantidad de hechos protagonizados por funcionarios y dirigentes políticos y sociales, que son presentados por los medios de comunicación como hechos de corrupción.

En la base de estos hechos se encuentran contradicciones imposibles de resolver desde una mirada superficial y coyuntural. Esta mirada no implica desconocer la existencia del delito en el ámbito de la administración pública, y su incidencia negativa en la vida de la comunidad; pero desde este texto, queremos hacer hincapié en las causas más ocultas de la crisis que se presenta en la superficie de las instituciones y que a su vez son tomadas por las empresas comunicacionales, con fines que superan la intencionalidad manifiesta.

Es necesario profundizar en sus causas, ya que la generalización de la corruptela, o la generalización de la invención de hechos inexistentes, no es la sumatoria de hechos aislados e individuales, sino que expresa una situación que fue producida por una sociedad en un momento determinado.

Sin necesidad de partir de situaciones conflicto cuando se trata de analizar la realidad, sostenemos que las manifestaciones culturales de una comunidad y las aspiraciones de un pueblo, no siempre son congruentes con las formas institucionales que toman el tratamiento de tales manifestaciones


Constitución Política vs. Constitución Social:


Joaquín V González (1904), durante el gobierno de Roca, ya supo afirmar que existe una contradicción entre la Constitución política y la Constitución Social”…La idea aquí de “Constitución política”, significa para nosotros, una consideración que supera la mirada inmediata de referirnos a la Constitución, como a un conjunto de leyes y normas escritas y preestablecidas que regulan la vida en sociedad. Se comprende la idea si la contemplamos desde una mirada general e integral (D´Abate Juan).

Un poco más acá, Juan Domingo Perón (1972), en la presentación del Modelo Argentino a la sociedad argentina, anunciaba la necesidad de crear nuevas formas institucionales, que vayan más allá de la representación indirecta que propician los partidos políticos. Como ideas principales tenemos la propuesta de un Consejo Económico y Social que reúna a las organizaciones corporativas del trabajo y la producción, en un ámbito diferente a la del Congreso. (CES)

Sin descuidar desde ya la mirada histórica, tenemos también la experiencia justicialista de la Constitución del Chaco de 1951, que nos ha dejado un legado aún sin ser valorado todo lo merecido

Esta contradicción de la que ya hablaba Joaquín V González entre otros pensadores, es estructural al desarrollo de la sociedad, y hace a los conflictos y tensiones que se producen entre la cultura, entre las aspiraciones y necesidades de un pueblo y las formas institucionales que finalmente toma la organización de la sociedad para dar respuesta a esas aspiraciones.

Paralelamente al desarrollo de esta contradicción general, se desplegó en nuestra realidad argentina un tipo muy particular de tensión, pero que signó gran parte de la historia nacional, y que podemos sintetizarla como la contradicción entre la Constitución (Democracia) política-liberal y la Constitución Social (Democracia Social), expresada fundamentalmente por el peronismo y lo generado en derredor de la Constitución de 1949.

En la raíz político-filosófica de la Democracia Liberal, anida la concepción que niega la necesidad de la existencia de instancias intermedias entre los individuos y el Estado. En la base filosófica y política de la concepción justicialista se encuentra la necesidad que entre los individuos y el Estado prevalezca la comunidad organizada, que es la garantía de un buen gobierno y de un estado eficiente.

El problema político principal, es salir de la confusión del momento y de la maraña de infinidad de antinomias, que se multiplican en la lucha pequeña de las exigencias electorales. Necesitamos trabajar para delimitar con mayor claridad el campo nacional del campo del enemigo, que hoy más que nunca se encuentra oculto detrás de figuras y discursos de tono progresista.

En última instancia, es necesario avanzar en la recuperación de las relaciones políticas, que se diluyen en el tratamiento mediático de nuestra realidad.

El grupo Clarín es un obstáculo en esta tarea, pero este grupo de intereses mediático-financiero -en el campo de las relaciones políticas totales-, es un instrumento del enemigo principal. El enemigo principal está oculto, juega en ambos lados de la contienda y capitaliza poder y dinero de ambos lados del mostrador.

Como el problema es esencialmente político, aquella contradicción requiere de nuevas forma de mediación política que den cuenta de las nuevas realidades. Entre los individuos y el Estado es necesario fortalecer nuevas organizaciones surgidas en el seno del pueblo, con eje en las organizaciones sindicales, para después exigir una nueva reforma Constitucional que recupere el espíritu de la Constitución de 1949.

La Constitución de 1949, es de alguna manera el reflejo o la respuesta al proceso de movilización nacional que tuvo en el 17 de octubre de 1945, la máxima expresión de la participación de un pueblo en el destino de una Nación.

La Constitución de 1994, refleja en muchos aspectos un retroceso en materia social y política independiente, que tiñó la vida social la era neoliberal de los años ´90.

En el año 2001, el país crujió al son de las movilizaciones populares, que terminaron en diciembre de 2001 con una situación insurreccional. Ese mensaje que el pueblo argentino dio en las calles, no fue del todo interpretado. Entre las tareas que quedaron pendientes, se encuentra el diseño de un nuevo sistema de representación política, que acerque más a los individuos con el Estado y que la comunidad vuelva a ser el eje estructurante de nuestra identidad, más que la suma de los aportes individuales o sectoriales. Aquí la función del movimiento obrero organizado es esencial.


Buenos Aires, Mayo de 2010