Una mirada desde la izquierda opositora
Se suspende la Marcha de la CGT del 20
Moyano pospone el golpe
La provocación y el ridículo. Entre el escándalo publico, la indiferencia de los trabajadores y declaraciones anticomunistas de los lideres de la CGT, CFK le pide a Moyano que posponga su marcha y concentración en Plaza de Mayo.
Por León Pérez
Hugo Moyano y su séquito de burócratas ricos llamo a una movilización a Plaza de Mayo el 20 de Noviembre, celebrado desde tiempos inmemoriales por el nacionalismo de extrema derecha. En menos de dos días de declaraciones escandalosas y contradictorias de los dirigentes de la CGT, CFK le pidió a Moyano y este aceptó, suspender la manifestación.
Ni en el gobierno, ni en la oposición, ni entre los Gordos, ni entre los trabajadores del llano existía una comprensión cabal de este verdadero golpe que pensaba asestar el camionero. A todos les causó tirria. El país estuvo al borde de crearse un precipicio.
Explícitamente, algunos dirigentes de la CGT dijeron que esta marcha era contra la izquierda y los conflictos sociales obreros y populares que, según la central de trabajadores, son “destituyentes” y “desestabilizadores”. Otros dirigentes y el propio D'Elía se lanzaron contra Carrió y los medios, el inefable iletrado político, el metalúrgico Juan Belen, segundo en la comandancia de la CGT, hizo el mayor papelón al decir a los medios que “la CTA es la Cuarta Internacional”. Semejante erudición política no podía sino resultar en un desastre. Lezcano, otro dinosaurio, sin apoyar la marcha, le hizo coro a Belen.
Esta manifestación anunciada y ahora suspendida era una declaración de guerra contra los trabajadores encubierta bajo la excusa “constitucionalista”, contra el país aunque se disfrace de “nacionalista” y por la “Patria Camionera” aunque se disfrace de “pluralista.” Era un verdadero golpe de mano que planificaba Moyano para asumir más poder político. Por eso es necesario comprender sus alcances e implicancias y combatir todo intento por repetirla, comenzando por destronar a quien el delegado Segovia, del subte, llamo “el emperador de los sindicatos.”
Como sabía que no era lo suficientemente fuerte para llenar la Plaza, Moyano convocó en su ayuda a los piqueteros oficialistas, abriendo con ello un abanico de contradicciones, tal vez insalvables. Así Depetris, D’Élia, Persico y otros dirigentes se han sumado a la convocatoria con olor anticomunista y color de “Ni yankis ni Marxistas, Peronistas”, pero aparentemente con sus propios blancos móviles. En el caso de los piqueteros: Carrió, los radicales, Cobos... Aunque Belen y otros exceptuaron a Duhalde, a quien el inefable Belen llamó un “demócrata.”
La Presidente, CFK, había dicho que concurriría antes que todo se volviera un chasco e iba a ser la oradora de fondo junto con el propio Moyano. CFK, a pesar de su gusto personal, se parece cada día más a Isabelita. Y su poder al de los últimos días del gobierno Isabel-López Rega-Lorenzo Miguel, mal que les pese a los renegados de los 70 que la apoyan. Tal vez la realización de esta pesadilla la hizo retroceder, esta vez a tiempo.
Mas por dinámica de las fuerzas que compiten por el poder que por determinismo ideológico, el gobierno de CFK y Néstor Kirchner han decidido desprenderse de todo vestigio de pluralidad y refugiarse, como hizo el entonces gobierno de Isabel, en el aparato de la burocracia sindical de la CGT y la derecha peronista de los aparatos de los barones del conurbano bonaerense y los que fueron compañeros de ruta de la Triple A y el Lopezreguismo. En aquella época se hablaba de la “Patria Metalúrgica” y hoy de la “Patria Camionera.”
Frente a ellos, una oposición burguesa estéril formada por la “Patria Sojera”, los que llevaron al país al desastre del 2001, los que mataron a Koskety y Santillán en el Puente Pueyrredón, la mafia de De Narváez y el troglodismo católico encabezado por la jerarquía religiosa de Bergoglio, la candidata antiabortista con un crucifijo clavado en su pecho y algunos medios de difusión que luchan por su subsistencia frente a una ley que se parece mucho a la política de Isabel de 1974 de apoderarse de todos los medios audiovisuales. (Ver articulo La oposición de derecha siniestra).
Las preocupaciones de Moyano y la burocracia
Desde el punto de vista estratégico, la izquierda no representa un peligro actual e inminente contra la burocracia sindical de la CGT. El nivel de huelgas y conflictos no ha superado el del año pasado. Pero la huelga de Terrabusi-Kraft y, más aun el parazo de los trabajadores del subte ha preocupado in tremendis a los burócratas sindicales que le temen como a la lepra al contagio de la lucha y la organización por la base.
Les preocupa la persistencia de la CTA y les aterra el hecho de que estos fenómenos peguen sobre una clase obrera sindicalizada cada vez más joven, sobre la cual la influencia del peronismo ortodoxo de la derecha sindical no tiene eco, no lo siente ni lo emociona. No por nada, Belen quiso ligar la Central de Trabajadores Argentina con la ... ¡Cuarta Internacional!, el partido mundial de la revolución socialista creada por León Trotsky.
El golpe de efecto preparado por Moyano era un golpe preventivo, un garrotazo dado a tiempo, eso cree el, para impedir lo que le pasó a José Ignacio Rucci y al propio Lorenzo Miguel en los 70, el desborde por izquierda, por el clasismo, de las direcciones burocráticas.
Un golpe a los “bichitos colorados” como les llamaba Rucci, aquel héroe del que era seguidor Moyano en su juventud y de quien heredó la JSP (brazo sindical de la Triple A), su anticomunismo extremo y su admiración y reivindicación del nacionalismo de extrema derecha, y hasta oligárquico, de Manuel de Anchorena (en la estancia de quien Rucci recibía instrucciones y a quien quiso tener de candidato a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires a balazos) y de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), brazo de la Triple A, que suplía de guardaespaldas temibles a Rucci y con quienes Moyano mantuvo estrechos lazos políticos, sindicales, económicos y personales hasta el presente.
Moyano sueña con “matar en la cuna”, por así decirlo, la posibilidad del surgimiento de dirigentes clasistas como fueron en su momento, en los 60 y 70, Tosco, Jaime, Salamanca, Páez, en incluso combativos como Atilio López, Atilio Santillán, Piccinini o el viejo Ongaro... si el lector no conoce estos nombres haría bien en buscarlos y enterarse porque sus fantasmas de aquellos dirigentes, de aquellos años, acosan el poder sindical de hoy día.
Y si quiere también saber que le preocupa a Moyano de Terrabusi-Kraft o el subte, aproveche para leer sobre el Sitrac-Sitram, SMATA o Luz y Fuerza de Córdoba, la regional de la CGT de Salta, las huelgas de la FOTIA, la CGT de los Argentinos, la UOM de Villa Constitución, las internas de Propulsora Siderúrgica, el Banco Nación o los combativos Gráficos... y tantos otros.
Moyano era parte de la burocracia sindical entonces, jefe de los camioneros marplatenses, luego de la CGT regional y participante a nivel nacional de la lucha contra los clasistas que perdieron en gran medida y que necesitaron el terrorismo de estado de la Triple A y a los militares después para aniquilarlos.
Moyano tiene un Modus Operandi: primero el gremio, después la CGT, por ultimo el PJ. Eso hizo en Mar del Plata y ahora hace a nivel nacional. El golpe que prepara el 20 de Noviembre es un solo un paso más, osado, hacia su meta. Moyano sueña despierto y en voz alta con llegar al poder de la Pcia. de Buenos Aires como Gobernador o incluso a Presidente para sucede a Kirchner.
En ese camino necesita mantener el poder con el que cuenta por sobre todo y contra todo, por eso también defiende la reaccionaria Ley de Asociaciones Profesionales contra la perspectiva de otorgarle a la CTA su personería como central alternativa.
Este golpe preparado para el 20, con todo lo que tiene de farsa, era un intento de putsch que acompañaría su control de la CGT (basada en un utópico mantenimiento de una aristocracia obrera basada en los subsidios del estado a sindicatos y patronales del transporte) y el lento, pero inexorable copamiento de las estructuras del PJ en las que Moyano se halla embarcado hace tiempo.
La conspiración Moyanista ha sido pospuesta, demorada, pero no derrotada.
Anotación al margen: el 20 de junio es el Día de la Soberanía Nacional, cuando se celebra la victoria de la marina Argentina en la Batalla de la Vuelta de Obligado del 20 de noviembre de 1845 (bajo el gobierno de la Confederación de Juan Manuel de Rosas), cuando la marina Argentina derroto a la escuadro franco-inglesa de buques de guerra que intentaba bloquear el Río Paraná y el Río de la Plata bajo la excusa de que querían pacificar la tensión creciente entre Buenos Aires y Montevideo. Esta gesta patriótica legítima fue siempre usada soezmente por la extrema derecha nacionalista que insistió en apoderarse de la celebración, tal vez porque la decisión de enfrentar a los ingleses y franceses fue apoyada en ese momento por la oligarquía.
Las preocupaciones de CFK y Kirchner
Podría resumirse en cuatro palabras: mantenerse en el poder. Agotadas la transversabilidad y la Concertación por la ausencia de cargos para repartir que no significara alejar a los peronistas de los mismos y rodeado por cada día mas disidentes en el PJ (Solá, De Narváez, Schiaretti, Busti, Duhalde y demás) y por la falta de aplicación de políticas que satisficieran a sus aliados – además de la necesidad de estos de reestructurar su propio poder – el Kirchnerismo apeló a un pacto con la derecha administradora de poderes en Gobernaciones e intendencias y con la burocracia sindical de Moyano para sostenerse.
Esos acuerdos cada día más a la derecha fueron desgajándolo el árbol del Frente para la Victoria (FPV). Piqueteros oficialistas como Barrios de Pie / Libres del Sur y centroizquierdistas como Sabbatella; por derecha, ex radicales K como Cobos y finalmente en las votaciones, los progresistas porteños le dieron la espalda y votaron por Pino Solanas. El cambio de rumbo del Kirchnerismo hacia la derecha le propinó una derrota electoral en junio pero no le otorgó un triunfo decisivo a nadie en particular en la creciente oposición burguesa.
En algunos casos, como en el de Sabbatella, un ex aliado, su alejamiento del Kirchnerismo le produjo a este la derrota de la estratégica Pcia. de Buenos Aires que el Kirchnerismo perdió por el numero de votos que obtuvo el centroizquierdista. En Mendoza, Cobos le deshizo su armado al gobierno nacional y en otras provincias se dió algo similar con ex aliados del gobierno nacional.
El Kirchnerismo quiso cubrir las apariencias, para no perder los votos por centro izquierda, y anunció una serie de medidas “por izquierda” que terminaron convirtiéndose en su opuesto: una ley de medios que quedó manchada por el revanchismo contra la prensa opositora; creación de cooperativas con sueldos de $1.500 para cien mil desocupados que despertó furiosas protestas por el clientelismo con que se distribuyen y subsidios para hijos de $180 en los que se gastarán las reservas para jubilados de la ANSES.
Antes de saber que había ocurrido, grupos piqueteros filo-Kirchneristas se volcaron a las calles y despertaron ansias opositoras en grupos reformistas como la CCC/PCR. La sangría prosigue.
El único burócrata que alzó la voz indicando la contradicción de la formación de cooperativas truchas, no afiliadas a los sindicatos, donde sus miembros realizarían tareas asignadas otrora a trabajadores sindicalizados a la mitad de precio y sin beneficios ni aportes a los gremios, fue Gerardo Martínez, de la UOCRA, que pronto también se llamó a silencio.
Entonces el gobierno arriesga una “reforma política” que en realidad es una proscripción de todas las fuerzas a su izquierda y limita el desafío publico de la propia oposición del peronismo disidentes dentro del PJ.
El sector más conciliatorio de la CTA, dirigida por Yaski, se ha pasado prácticamente a la oposición dado la política destructora del gobierno contra los maestros y sus sindicatos y los ataques contra los trabajadores del subte, así como la continua negativa del Kirchnerismo, apretado por Moyano, de reconocer la personería de la central alternativa.
Cada vez son menos quienes desde el “progresismo” apoyan al gobierno. D'Elía que habla de antiimperialismo y “proyectos nacionales y populares” y los pocos jóvenes rentados y cuyos afiches y escraches son pagados por el estado como La Cámpora o Juventud Evita, que gustan cantar “y ya lo ve, y ya lo ve, esta es la gloriosa JP” están siendo triturados en la maquinaria de derecha que se apodera de las instituciones del poder.
Néstor y Cristina Kirchner pueden creer que este giro es táctico, es un repliegue hacia fortificaciones de la derecha peronista con el propósito de re-emerger en el futuro. Esto se lo han expresado en privado numerosos Kirchneristas que asienten con la cabeza cuando se escuchan críticas de la burocracia sindical corrupta y violenta, pero insisten que en este momento” es necesario aguantarla como socia.”
Sin embargo esta situación amenaza con convertir a la administración CFK en gobierno prisionero de la derecha peronista cavernícola, desplazándolo definitivamente de su centro derecha, y a ser sucedido por ella. Ahora, con su tendencia a auto-victimizarse espera reaglutinar a sectores no tan de derecha que le sirvan de plataforma para un “nuevo progresismo” posterior.
Aquí y ahora no hay militares en condiciones de dar un golpe de estado, ni militar, ni cívico militar, ni las condiciones políticas para que lo intenten sin ser aplastados por el pueblo. Las denuncias contra los “destituyentes” y “desestabilizadores” de CFK, Néstor y Moyano toman entonces toda su dimensión macabra y ridícula.
La analogía del “bombero loco” que arroja gasolina al fuego viene a la cabeza con facilidad. Mientras tanto, será interesante ver las reacciones de D'Elía, Persico, Depetris, Kunkel y tantos otros cuando sean obligados por las circunstancias de un futuro no muy lejano a escuchar a los “Ni yankis ni Marxistas, Peronistas” desde el mismo escenario que personajes funestos como Moyano, rodeado de sus “culatas”, herederos por derecho propio, de quienes en los 70 se dedicaban a “identificar y capturar Montoneros” como planteaba un comunicado de prensa de aquella época de la organización comandada por el camionero.
La izquierda, la unidad de acción y el frente único
Haría mal la izquierda más radical del país, pensar que estos ataques preventivos contra ella de parte de la burocracia de la CGT refleja en forma directa un crecimiento geométrico de su poder de fuego dentro del movimiento obrero.
En estos momentos peligrosos, más que nunca, hay que evitar cualquier tipo de autoproclamación y advertir que la panoplia de alianzas a tejer en el movimiento obrero para derrotar a Moyano, los Gordos, Barrionuevo y la larga lista de lugartenientes del capital dentro de los trabajadores pasa por apoyar no solo todas las luchas, como la de subte, sino los derechos de la CTA a obtener su personería y la de cualquier otro gremio emergente de la voluntad de las bases trabajadoras.
Pasa también por una campaña de unidad de acción para derogar la Ley de Asociaciones Profesionales, ultimo bastión del poder burocrático, y la de exigir la democracia sindical absoluta, la libertad de afiliación, las asambleas democráticas para decidir todo y elecciones sindicales democráticas y donde se establezcan direcciones con el sistema de representación proporcional en todas las estructuras obreras.
Pasa por la lucha decidida de establecer cuerpos de delegados por sección, comisiones internas y comités de fábrica en todos los lugares de trabajo con el poder decisorio sobre medidas de fuerza, salarios y condiciones de trabajo.
Publicado en Izquierda punto Info
