Movimiento Obrero Sindicalizado y Movimiento Obrero de Organización Barrial
En el marco del lanzamiento de la corriente Política Sindical
Carlos Chino Fernández
Inst. Jauretche-CGT
La corriente político sindical a que refiere el subtítulo, está estructurada en derredor del movimiento de trabajadores argentinos (MTA), agrupamiento de sindicatos nacido en nuestro país en la etapa de lucha en contra del modelo llamado neoliberal.
En este marco decíamos, se prevé el desarrollo de una segunda jornada en la provincia de Córdoba. Para esta oportunidad ciertos medios de comunicación anunciaron la invitación por parte del secretario general de la CGT de algunos sectores del movimiento social de organización barrial. Específicamente el sector que comanda Emilio Pérsico y Luis D´Elia.
Como era de imaginarse esta situación generó en el seno del movimiento obrero y fuera de él, una serie de discusiones y debates que serán bienvenidos. En este sentido nos vemos en la obligación de dar nuestra opinión fundamentada.
El movimiento piquetero en esta última etapa de nuestra historia se origina en primer lugar en el interior de nuestro país. El largo ciclo de los cortes de rutas y vías públicas como forma de protesta, tiene a la ciudad de Cutral Có- Plaza Huincul (Provincia de Neuquén) como a una de sus cunas (1996/97), como lo fuera al mismo tiempo la ciudad de Tartagal y Gral. Mosconi (Provincia de Salta) con una explosión de reclamos y reivindicaciones de similares características.
Estas dos grandes corrientes de luchas sociales se inician por la privatización de las grandes empresas del Estado: YPF, empresas metalúrgicas, entre las principales. Esta situación no solo afecta directamente la fuente de trabajo de miles de trabajadores, sino que impacta directamente en la vida de toda la población del lugar, sin olvidarnos desde ya que formó parte de la desestructuración del corazón del Estado Nacional Argentino.
Una tercera corriente de piqueteros y movimientos barriales, se fue gestando en el conurbano bonaerense en la provincia de Bs. As., en donde a la hora de expresarse en la lucha, se sumaron ya en la ciudad Capital Federal parte del movimiento estudiantil y de sectores de capas medias (comerciantes, profesionales, ahorristas, pequeños productores del campo y la ciudad, partidos políticos de izquierda, etc.)
Este proceso es complejo y puede leerse de diferentes maneras, pero a los fines de este texto lo haremos desde una mirada general. Cabe decir que algunos sectores de los denominados piqueteros surgen en relación directa a ciertos sindicatos…, otros en relación a los partidos políticos de izquierda, y otros por iniciativas de mayor autonomía cuyos objetivos pasaron más por la promoción de un desarrollo local y comunitario.[2]
Esta mencionada discusión que se generó en función de la próxima convocatoria de la corriente nacional del sindicalismo, se potenció a su vez por el desarrollo de los hechos que son de conocimiento público, en donde en la provincia de Jujuy el movimiento social Tupac Amaru protagonizó un escrache contra el titular de la Unión Cívica Radical. A raíz de este episodio se da a conocer con mucha vehemencia el alcance de la organización de aquella base, sus obras, su ingerencia en la sociedad jujeña, casi presentándola como un Estado dentro de un Estado y como un peligro frente a la democracia representativa y la civilidad.
Los años ´80 y ´90 segmentaron la estructura productiva nacional, según los requerimientos del mercado externo. La industria nacional fue seriamente afectada, al igual que las organizaciones gremiales. Una parte de la población trabajadora fue excluida de los beneficios del Estado y pasó a ser desocupada o sub-ocupada estructural, con lo cual grandes franjas de la misma se vio obligada a salir a la calle para hacerse visible y comenzar-cuando las condiciones mejoraron-, a replegarse hacia el barrio, hacia su lugar próximo de sociabilidad y ahí organizarse o simplemente tener su sentido de pertenencia
Desde las víctimas del escrache en Jujuy y desde la oposición política institucional, aparecen las viejas acusaciones acerca del clientelismo que se promueven desde los movimientos piqueteros, o las denuncias hacia ciertos punteros o dirigentes que manipulan a la población aprovechando la situación de pobreza y exclusión por la que atraviesan.
Estos personajes-según estas críticas-, se valen de las políticas sociales para receptar subsidios que luego son desviados hacia otros objetivos que los planteados en un principio.
De alguna manera y desde el campo sindicalizado los llamados piqueteros, son vistos como una amenaza ante la organización y un desvío en el camino de pensar la elaboración de un proyecto nacional para todos.
A la segmentación de la clase trabajadora en el proceso de trabajo durante los años ´80 y ´90, le sigue la fragmentación en los alineamientos políticos-ideológicos. La asistencia del Estado a través de las políticas sociales muchas veces alimenta esta fragmentación, y si a esto le sumamos la manipulación que se exacerba en los ciclos electorales, tenemos como resultado una sociedad totalmente parcelada en compartimientos estancos
Si bien todo esto puede ser en cierta medida verdad, lo esencial para el movimiento obrero y para la corriente Política Sindical de reciente fundación es considerar a todo el conjunto de la población (trabajadora ocupados, desocupados y subocupados), como parte constitutiva de la clase obrera, que por razones ajenas han sufrido las consecuencias de la instauración de un orden injusto, de consecuencias sociales nefastas.[3]
El sentido último de la corriente Política Sindical, es proyectar el movimiento obrero organizado al conjunto social y elaborar propuestas y políticas para todos los campos del quehacer nacional, regional e internacional. Para lo cual y desde el punto de vista político-práctico, el movimiento obrero sindicalizado necesita de una alianza y del acuerdo con otros sectores de la sociedad. El primer movimiento estratégico es articular políticas con gran parte de los sectores de trabajadores que han sido excluidos en la historia reciente, más allá del perfil de los que dirigen los movimientos sociales o piqueteros
La magnitud de la población que fuera excluida es tan grande y tanto los hechos y acciones que generaron en la vida nacional, que sería ingenuo no reconocerlo. Se ha producido un verdadero entrelazamiento entre sindicatos, movimientos sociales y gobierno, que exige una nueva política.
A modo de ejemplo podemos decir que los piquetes realizados desde el año 1996/97 ya suman más de 17 000, mientras que los conflictos laborales y acciones de protesta de los que trabajan son algo más de 4000.
Al mismo tiempo los cortes de ruta originariamente fueron protagonizados casi exclusivamente por desocupados, mientras que ahora es llevado a cabo por otros sectores de la sociedad. A modo de ejemplo tenemos que los desocupados en el mes de septiembre de 2009 protagonizaron el 4% de los cortes de ruta; un 33% de los casos fueron para los movimientos sociales y un 13% para las organizaciones sindicales[4]
El repliegue al barrio y a la vida en la comunidad cercana, ha hecho de muchos compatriotas la manera no solo de sobrevivir, sino de resistir ante los embates del neoliberalismo. Por esta razón han aumentado las acciones de reconstrucción social del territorio, de organización barrial a través de planes sociales, de cooperativas, asentamientos, mutuales, comedores, etc
Para que tengamos una idea de la tan publicitada recientemente organización Tupac Amaru liderada por Milagro Sala, cuenta con unos 70 000 miembros y tiene una presencia en 17 provincias. Otras como la Corriente Clasista y Combativa tienen 50 000 integrantes y una presencia en todo el país. Otras organizaciones menores, han logrado subsistir a la última etapa de la década de los ´90[5]
En realidad esta población que está en parte organizada territorialmente, ligada al Estado a través de los planes sociales, al no formar parte directa de la estructura laboral formal, regula hacia bajo el valor del salario de los que trabajan y genera condiciones políticas para debilitar las organizaciones de trabajadores sindicalizados y de hecho afectar la fortaleza del modelo sindical argentino.
En tal sentido es el momento de tender los puentes desde el mismo campo popular, desde una mirada estratégica y dejar de lado los elementos ocasionales que perturban la comprensión de lo esencial en el proceso de construcción política.
Por eso, bienvenido el trabajo con los movimientos sociales…
Noviembre de 2009
[1] Nota: El 18 de septiembre de 2009 en la ciudad de Mar del Plata se formaliza el lanzamiento de la corriente nacional político-sindical del movimiento obrero argentino
[2] Nota: Para un desarrollo en detalle de este tema, ver entre otros trabajos: Svampa Maristella / Pereyra Sebastián: Entre la ruta y el barrio Ed. Biblos,2003
[3] Nota: En el Gran Bs. As. existen 1 450 000 de habitantes en villas de emergencia. Solo en Capital Federal existen 170 000. Bs As y Conurbano Bonaerense suman unas 819 villas
[4] Ver información más desarrollada en Nueva Mayoría
[5] Nota: Existen más de 80 organizaciones territoriales, que en su totalidad nos permiten por lo menos que alertar acerca de la centralidad de considerarla a la hora de pensar un proyecto político que valla más allá de la respuesta inmediata de un plan social de asistencia.
