Cambio de clima político en la plaza de la memoria
Por Carlos Benitez/ Revista Zoom
Hace tiempo vengo percibiendo cambios pequeños en el humor, en el comportamiento y hasta en ciertas actitudes de la clase media. No solo de la Capital Federal.
Por poner ejemplos, hay cierto ánimo de escuchar más, de buscar otras opiniones sobre los diferentes temas y ya no hay una confianza ciega hacia los medios de comunicación dominantes. Lentamente parece que nos vamos preguntando si será todo tan malo, si es posible que nada esté bien cuando uno, ciudadano de a pie, siente en la práctica que no estamos en Suiza pero tampoco estamos en Haití.
La inesperada manifestación de grupos de ciudadanos en favor de un programa de televisión no es solo patrimonio de los porteños. También se dio en Córdoba y buscan organizarse en otras ciudades del país. Esencialmente son clase media. Nunca los medios dominantes dieron cuenta de ellos, está claro. Pero no se puede tapar con la mano lo que es evidente.
Un compañero de Lomas me comentaba que también en las barriadas hay otro espíritu. Básicamente desde la formalización del ingreso universal, a pesar de que los remarcadores de precios les quieren aguar este pequeño triunfo a la gente. Sin embargo, los muchachos no se quedaron esperando si viene la solución: ya están armando cadenas de comercialización para este sector y compras en el Mercado Central.
Ayer, renovamos la alegría de reencontrarnos con los compañeros que todos los años nos encontramos para esta fecha, y a la vez percibir y confirmar este cambio de humor y de conciencia de un importante sector de la sociedad.
Primero, lo multitudinario de la marcha y su composición. Muchísimos jóvenes, familias enteras, las organizaciones políticas (sobre todo el peronismo) más unidas que en otras marchas, la juventud sindical de la CGT muy numerosa, blogueros y una muy distintiva por lo novedoso y por su carácter cultural: NDM (Negro de Mierda), que vienen silenciosamente haciendo encuentros sobre todo en el conurbano y que están desembarcando en la Capital.
A pesar de que TN asustaba con un insignificante grupo de Quebracho que amenazaba supuestamente con que todo iba a terminar en violencia, o que la izquierda abstracta deseaba ser tenida en cuenta aunque más no fuera a través de escaramuzas con las supuestas hordas K para luego victimizarse, nada de eso sucedió. Todo terminó en un gran festival que la muchedumbre disfrutó a más no poder.